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28 jun 2012

Centro Poblado de Pamashto



Pamashto es uno de los siete  centros poblados del distrito de Lamas, en la provincia de Lamas, departamento de San Martín.

Ubicación de Pamashto


Ubigeo: 220501
Latitud Sur: 6° 21' 38.3" S (-6.36064565000)
Longitud Oeste :76° 32' 34.5" W (-76.54292215000)
Altitud :780 msnm
Juez de Paz de Pamashto
Plaza de Armas de Pamashto


CARNAVALES EN EL CENTRO POBLADO DE PAMASHTO

El carnaval es unas de las fiestas tradicionales más importantes de la amazonia peruana. Con las salidas de las cuadrillas bailando al compás del bombo, tambor y quena. Fiesta que con mucha algarabía se celebra en el Centro Poblado de Pamashto.

Las autoridades están comprometidas a seguir rescatando las costumbres y tradiciones del pueblo de mil colores y tierra del cacao.

Campaña de lectura y creación de la Biblioteca Infantil de Pamashto 


llegan los libros!




Biblioteca Municipal







UNA EXPERIENCIA EN EL CENTRO CEREMONIOSO DE LA COMUNIDAD DE PAMASHTO. Lamas. San Martín. Perú.



Era aproximadamente las cinco y diez de la mañana, del día sábado 21 de junio de 2008 cuando llegamos a la Comunidad de Pamashto, ubicado al Noreste de la ciudad de Lamas. Nos dirigimos al Centro Ceremonioso, con dirección a Pampayacu, carretera a la comunidad de Shambuyacu, ubicado en la propiedad de los esposos el señor Walter Romero Soria y la señora Elena Reátegui Ishuiza. La propiedad es conocida como: “Fundo los Mellizos”. Según versiones del actual dueño, el lugar pertenecía al señor Arnaldo Llanos. Ingresamos por el portón, (tranca) siendo las cinco y veinte de la mañana, dándonos la bienvenida la familia Romero.

La mañana era fría, la visibilidad era casi nula aún, encendimos nuestras linternas y caminamos sin perder más tiempo al lugar de nuestra meta. El silencio rodeaba nuestro entorno. La expectativa de todos era grande, estábamos ávidos por llegar pronto. Al fondo divisamos un cerro, la emoción nos embargó al sentirnos cerca. Mario Enrique, mi pequeño hijo, también involucrado en estas aventuras, me preguntó en voz baja: “Papi, ¿hacia el cerro vamos?, ¿qué hay en ese lugar?”. Yo, respondí: “Caminemos, hijito, que ya llegamos al lugar de nuestros antepasados”.

Nuestros corazones latían con mayor intensidad, era por el cansancio de caminar hacia el cerro, y también por la emoción de llegar. El silencio se acentuaba aún más, porque el lugar así lo requería.

Caminamos cerca de diez minutos, y como por encanto, como si nuestro esfuerzo al caminar y nuestras emociones manifiestas nos dieran una recompensa al fin, ¡estábamos en el lugar! Todavía el día no se manifestaba en su totalidad, los rayos del alba del nuevo día asomaban tímidamente por el horizonte, por eso casi no divisábamos el espacio donde las piedras están unas sobre otras formando muros o paredes, como una construcción mística lista para brindarnos un espectáculo nunca imaginado. En ese momento sólo esperábamos la luminosidad del nuevo día en el amanecer. Cada quien buscaba su lugar para descansar y esperar el momento indicado sabiamente por la naturaleza. En pocos momentos el cielo se despejaba lentamente, cediendo la oscuridad el paso de la claridad del nuevo día. Todo se hacía más perceptible y ante nuestros ojos se vislumbraba un paisaje con un amanecer casi imposible de describir. Las piedras estaban ahí, unas sobre otras, como muros, formando un círculo, como diciéndonos: “Bienvenidos al Centro Ceremonioso de tus antepasados”.


Era las seis de la mañana y el lugar estaba completamente despejado. Nuestra primera impresión de aquel lugar es que estaba en completo abandono, las piedras, muchas de ellas estaban movidas, y desprendidas de su lugar; cogimos algunas de ellas con la intención de ubicarlos sobre otras, pero no bastaba. Ingresamos por la puerta de ingreso, nos conmovimos tanto que aquel espacio había sido depredado. Extraños visitantes, quien sabe con qué fin, realizaron excavaciones y lo dejaron como tal, los bordes donde las piedras están colocadas unas sobre otras también están excavados como debilitando las paredes. “¿Quién hizo tan perverso daño? ¿Dónde están las autoridades? ¿El Instituto Nacional de Cultura existe en Lamas? ¿Por qué tan ajenos y desinteresados ante un hecho que puede contribuir a aumentar nuestros conocimientos sobre nuestro pasado histórico?”.

Nuestros ojos no dejaban de percibir cada detalle, la hierba está ahí, el agua también, la impotencia nos embargaba porque estábamos concientes de lo ocurrido. Cada quien daba su opinión, algunos trataban de descifrar los hechos que motivaron la excavación depredadora, que siguen ahí desde hace 2 años.

Seis y Veinte de la mañana, los rayos del sol se dejaban ver con mayor intensidad, detrás del cerro. ¡Qué acontecimiento tan espectacular! Cada uno de nosotros nos ubicamos en el mejor lugar para esperar la aparición del sol. Algunos indicaban con las manos de dónde podría aparecer, cambiábamos de lugar para tener una mejor visión. Otros, por su parte mencionaban algunos comentarios, en son de broma, llenos de asombro. Todos estábamos emocionados y nerviosos por la tensión del momento.
foto
Seis y Treinta de la mañana. Un momento de silencio absoluto. Unos rayos solares resplandecientes nos sorprenden y todos gritamos de emoción. Sin embargo, una nube dorada hizo su aparición, confundiéndonos a todos, creyendo que era el sol. Más, grande fue nuestra admiración cuando la nube de tono dorado resplandeciente, poco a poco, iba retirándose ante nuestra mirada. Una sonrisa de satisfacción nos embargó a todos. ¡Qué momentos tan gratos!, el sol anunciaba su aparición con una bienvenida de nube radiante.

Seis y Treinta y seis de la mañana, nuestras vistas se fascinan al contemplar una nube blanca destellada, encantando el paisaje perpendicular de aquel momento. Nuevamente, la emoción al contemplar el magnífico espectáculo de la naturaleza. A algunos de nosotros se nos humedecían los ojos, nos mirábamos y no encontrábamos palabra alguna para expresar lo que sentíamos. En unos segundos la nube desaparece, como quien dándonos un mensaje del sol:

“Prepárense porque estoy a punto de aparecer, ya que mis doncellas se encargaron de levantar el manto del nuevo día”.

Seis y Cuarenta y dos de la mañana, todos expresan a viva voz: ¡Es el sol! ¡El sol está apareciendo! ¡Qué momento tan agradable para nuestros ojos, al contemplar la aparición del sol! Jamás habíamos experimentado tal emoción. Todos estábamos extasiados. Los rayos del sol iluminaban con mayor intensidad, nuestros ojos se lastimaban, pero igual seguíamos fijos con la mirada. Poco a poco, el astro rey ya se dejaba observar en su totalidad y nuestro cometido había llegado a su máxima complacencia, porque fuimos testigos de lo que había sucedido. Empezamos a sentir el calor de la mañana. Una fuerte energía invadió nuestros cuerpos y comentábamos unos con otros que esto ocurría en época de los incas cada 21 de junio. Más aún, nuestros comentarios iban en el sentido de que —en esos momentos— muchas personas estaban vivenciando el mismo acontecimiento en regiones del Cuzco y Apurímac. Los Incas manejaron una concepción extraordinaria de estos hechos, porque, definitivamente, no es un día como los demás, la naturaleza, el hombre y las estrellas se disponen a celebrar una fiesta, cargada de gran poder y magia. Los agricultores de aquella época daban gracias a Dios Sol por la cosecha, por la tierra, por el clima; y era el momento para pedir por la fecundidad de la mama pacha y de los mismos hombres; además comenzaban a almacenar alimentos para pasar el otoño y el invierno.


ESQUEMA GRÁFICO DEL CENTRO CEREMONIOSO





PRESENCIA ANDINA EN LA SELVA

Quienes hemos vivido esta experiencia inolvidable queremos compartir con otros amigos que gustan de la aventura y la sabiduría espiritual, para que juntos, en una fecha acordada, visitar el lugar. Será una brillante oportunidad para ampliar nuestro bagaje cultural respecto a nuestros antepasados que ocuparon estas tierras de la selva peruana. Con tu visita nos ayudarás a dar tu opinión respecto del lugar y la relación que podría existir con la historia de Lamas.

Por el momento, motivados por la aventura, y la curiosidad nos atrevemos a decir que esta parte de la selva entre la comunidad de Pamashto y la ciudad de Lamas hubo presencia andina, por una sencilla razón: en el Cuzco existían dos grandes observatorios astronómicos: uno en Cachimayo, desde donde se observaba la posición del Sol al amanecer, y otro en Sabacurinca, donde se ponía el Sol. Éstos permitían determinar con precisión las fechas de los solsticios, equinoccios y los pasos del Sol por el meridiano del Cuzco.
En la cosmovisión del hombre andino toda la naturaleza es sagrada y dotada de vida. En las miles de expresiones de ella se manifiestan la presencia del Ser Supremo, creador y hacedor del mundo. De ahí que, en su concepción lógica, exista la unidad DIOS- HOMBRE-COSMOS, clima-mente unidos. (Bruno Frison: p, 37). En la cosmovisión andina para mantener esta unidad y equilibrio eran necesarios practicar ciertos principios, que organizaban todo el quehacer cultural, como la reciprocidad, solidaridad, dualidad, ritos y ceremonias. Una reciprocidad no solamente entre los seres humanos, sino una reciprocidad del hombre con la naturaleza y las divinidades. Esta filosofía habla de tres mundos que se relacionan con los principios:

El HANAN PACHA = cosmos
EL CAYPACHA = el mundo actual y real
EL UCUPACHA = el mundo subterráneo y de las fuerzas ocultas.

En este cosmos, el hombre era el eje y como tal debe mantener el equilibrio. Por tanto, bajo esta concepción la Cultura Inca organizaba y organiza las fiestas, ritos y ceremonias.

Del mismo modo, en el departamento de Apurimac, provincia de Andahuaylas, de donde procede la cultura Chanca, celebran una fiesta muy particular y espectacular: “La fiesta del Sondo Raymi”, muy similar a la fiesta del Inti Raymi del Cuzco, cada 24 de Junio. Previo a este gran día los andahuaylinos, valorando su pasado histórico esperan el amanecer del 21 de junio para observar el nacimiento del sol, a la cual acuden muchos turistas, promovido y difundido con mucha antelación, por los mismos lugareños.

Con estas dos aseveraciones, me atrevo a indicar que en dicho lugar, por el momento, denominado “Centro Ceremonioso de Pamashto”, hacían lo propio los hombres que ocuparon esta vasta zona de Lamas, posiblemente inmigrantes de la sierra que trajeron costumbres y creencias para seguir practicándolas y rindiendo el pago correspondiente al Dios Sol como lo hacían sus antepasados, ya que el lugar está construido aparentemente sólo para estos acontecimientos y, precisamente, la puerta de entrada es por donde aparece el sol y la puerta de salida es por donde se oculta, ¿coincidencia? no lo sabemos, pero hay mucho que trabajar e investigar.

En la conclusión, un tanto lógica de mi parte, el lugar sirvió para cierta ceremonia de agradecimiento al sol, así como el lugar preparado para recibir el solsticio de invierno cada 21 de junio, tal como ocurre en Cuzco y Andahuaylas, donde estas construcciones incas son reconocidas con mucho valor histórico. En anteriores visitas que hice pude encontrar restos de vasijas de considerado grosor, restos que guardo con mucha responsabilidad para seguir investigando en relación con otros similares, como los mencionados, líneas arriba. El presente año, en forma excepcional con un grupo de amigos y familiares he tenido la suerte de experimentar el desarrollo de los acontecimientos naturales cósmicos, desde el lugar denominado como “Centro Ceremonioso de Pamashto”. De ahí mi inquietud para incentivar a todos mis lectores a través de este manual, a la población en general a través de los medios de comunicación masiva, pero, sobre todo, a aquellas personas autoridades, que en estos tiempos tienen la responsabilidad de la conducción de los destinos de nuestro pueblo, para que presten atención a este lugar místico, que, estoy seguro contribuirá para conocer mejor nuestro pasado histórico, que tanta falta nos hace para tener definida nuestra identidad cultural con el resto del país.

También, debo precisar e insistir que, el “Centro Ceremonioso de Pamashto” sea considerado como patrimonio cultural de la provincia de Lamas y resguardar así su integridad protegiéndolo de los “huaqueros”, excavadores furtivos que buscan el beneficio personal, sin importarles el grave daño que ocasionan a la identidad cultural, el estudio y la investigación.

La relación Sol – Hombre.
Nosotros, seres humanos, hemos vivido cientos de miles de años en estrecho contacto y armonía con la naturaleza, siendo parte de ella misma. Solamente en estos últimos siglos hemos construido ciudades y nos hemos alejado un poco de ella.

El Sol no ha dejado nunca indiferente al hombre. Aunque, en un principio, le negara el ser el centro del Universo en beneficio de la Tierra donde moraba, su existencia y su relación con la vida atrajeron su interés y las intentó explicar de diversas maneras, habitualmente confiriéndole el rango de deidad.
La Arqueoastronomía, que estudia el conocimiento astronómico de las culturas del pasado, argumenta que se basaban con frecuencia en el ciclo solar para ubicar sus centros de culto, como cementerios y templos. Mayoritariamente, los parámetros guía eran los solsticios de verano y de invierno, que son los dos puntos extremos que tienen tanto la salida como la puesta del Sol a lo largo del año; y el equinoccio, que se define como el momento en el que el Sol está sobre el Ecuador celeste, que también coincide con el punto medio temporal entre los solsticios de verano e invierno. Todo ello denota que estos pueblos observaban el Sol y se preguntaban sobre él.
El Sol es una estrella particular sólo porque es la que ha hecho posible la vida terrestre. Visto desde un lugar perdido en el espacio, deja de serlo. Sólo se le pueden atribuir un tamaño y luminosidad excepcionales desde una percepción humana.

"El Universo está poblado por innumerables soles, innumerables tierras y, quizás, innumerables formas de vida. Este pensamiento expresa la esencia de la revolución Copernicana. Ninguna revelación ha sacudido más la mente científica".Robert Jastrow, 1989.

Semanas Solsticiales
Hay dos momentos del año en los que la distancia angular del Sol al ecuador celeste de la Tierra es máxima. Son los llamados solsticios. El de verano es el gran momento del curso solar y -a partir de ese punto- comienza a declinar. Antes de cristianizarse esta fiesta, los pueblos de Europa encendían hogueras en sus campos para ayudar al Sol en un acto simbólico con la finalidad de que "no perdiera fuerzas". En su conciencia interna sabían que el fuego destruye lo malo y lo dañino. Posteriormente, el hombre seguía destruyendo los hechizos con fuego. Se ha asociado esta festividad al solsticio de verano, pero esto tan solo es cierto para la mitad del mundo o, mejor dicho, para los habitantes que viven por encima del ecuador (en el hemisferio norte) ya que para los del sur el solsticio es el de invierno y si me apuran, ni tan siquiera para todos ellos pues esto de San Juan, al menos con este nombre, es patrimonio del mundo cristiano. Aunque no crean que en los países orientales, con ritos y creencias distintas, no se celebran estas fiestas (eso sí, con otros nombres a cual más variopinto) conservando en todas ellas la misma esencia: rendir un homenaje al Sol, que en ese día tiene un especial protagonismo: en el hemisferio norte es el días más largo y, por consiguiente, el poder de las tinieblas tiene su reinado más corto y en el hemisferio sur ocurre todo lo contrario. En cualquier caso al Sol se le ayuda para que no decrezca y mantenga todo su vigor. Este simbolismo era compartido por pueblos distantes, separados por el océano Atlántico. Es el caso de los viejos incas en Perú. Los dos festivales primordiales del mundo incaico eran el Cápac-Raymi (o Año Nuevo) que tenía lugar en diciembre y el que se celebraba cada 24 de junio, el Inti-Raymi (o la fiesta del Sol) en la impresionante explanada de Sacsahuamán, muy cerca de Cuzco. Justo en el momento de la salida del astro rey, el inca elevaba los brazos y exclamaba: "¡Oh, mi Sol! ¡Oh, mi Sol! Envíanos tu calor, que el frío desaparezca. ¡Oh, mi Sol!" Este gran festival se sigue practicando y representando hoy en día para conmemorar la llegada del solsticio de invierno, con un claro tufillo turístico. Los habitantes de la zona se engalanan con sus mejores prendas al estilo de sus antepasados quechuas y recrean el rito inca tal y como se realizaba (más o menos) durante el apogeo del Tahuantinsuyo.

¿Qué es el solsticio de invierno?
El solsticio de invierno es el día más corto del año en el hemisferio norte y marca el inicio oficial del invierno. El sol está en su punto más bajo de nuestro cielo ya que el polo norte de nuestro inclinado planeta apunta lejos de él.

Si ya estás harto de invierno, mira al solsticio desde este punto de vista: a partir de ahora los días empiezan a crecer. En seis meses, la Tierra estará al otro lado del sol y los residentes del hemisferio norte disfrutarán del día más largo del año.

¿Qué es un equinoccio?
La palabra “equinoccio” proviene del latín y nos indica que la noche dura la misma cantidad de horas que el día, o sea exactamente 12 horas y 12 horas.
Podríamos preguntarnos ¿qué es lo llamativo en esto como para haber acuñado una palabra especialmente para señalar este fenómeno?

Sucede que ello no ocurre todos los días, sino solamente dos veces al año. Además, sucede que sólo en estos dos días, los equinoccios, el Sol aparecen exactamente por el Este y se pone exactamente por el Oeste, cosa que no ocurre en ningún otro día del año.

Estos dos hechos no pasaron desapercibidos para los antiguos estudiosos del cielo y fue por ello que les prestaron particular atención.

Sucede que la Tierra gira sobre sí misma inclinada respecto de como gira en torno al Sol. Esto produce que en una zona de la órbita el hemisferio norte esté más iluminado por el Sol que el hemisferio sur, y que seis meses después sea el hemisferio sur el que esté más iluminado. 

Rubén López Hidalgo. Lamas, Perú. 2008

1 comentario:

Unknown dijo...

Los felicito por este notable esfuerzo de hacer conocer Pamashto y sentir el pálpito de su corazón en la Amazonía.